Aquel célebre cartel de las primeras elecciones
municipales democráticas expresaba con rotundidad el objetivo popular para
erradicar de los pueblos a los alcaldes franquistas.
Desgraciadamente 34 años más tarde el gobierno
central de la derecha pretende revertir la ecuación para entregar el
Ayuntamiento y, sobre todo, los servicios públicos y sociales, a los nuevos
caciques que llegarán al pueblo al calor de los pingües negocios que ofrecerán
las suculentas oportunidades para ganar dinero que impone a los pueblos esta
Reforma.
El sábado pasado, en la sede del Consejo Andaluz
de IULV-CA, un gran número de alcaldes y concejales de nuestra fuerza política
en Andalucía llevaron a cabo una intensa sesión de trabajo sobre el alcance de
esta reforma, en la que, a raíz de un excelente análisis de Antonio Maillo
responsable andaluz de política institucional, se constata la demolición
controlada de la institución en la que más se refleja la calidad democrática de
una sociedad: su Ayuntamiento y su cercanía a los problemas verdaderos de la
gente.
No hay, pues, tiempo que perder. A partir de
ahora Izquierda Unida llevará a cabo un esfuerzo de explicación –a los
trabajadores públicos, a las organizaciones ciudadanas, a las vecinas y los
vecinos-, trataremos de forjar alianzas con otras fuerzas políticas que
coincidan en todo o en parte con nuestro análisis y saldremos en la medida de
nuestras posibilidades a las redes sociales y a los medios de comunicación, a
explicar el fondo, pero sobre todo, las consecuencias, de una nueva plaga, la
reforma de la administración local, que se suma a la reforma laboral y otras que
recortan en salud, educación, derechos sociales y retrocesos democráticos.
Daremos la pelea en las calles y en la movilización.
El PP nos devuelve al franquismo con esta
voladura de las estructuras municipales y deja a los alcaldes y concejales
democráticos para presidir plenos vacíos de competencias y para llevar el bastón
de mando en las procesiones de la patrona. Frente a eso, más poder local, más
democracia, más participación, más derechos sociales.
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