lunes, 11 de marzo de 2013

Un convenio que suma en comercio y consumo




Martes, 05 Marzo 2013
Las Consejerías de Administración Local y Relaciones Institucionales y de Turismo y Comercio están ya colaborando en las inspecciones a establecimientos comerciales, además de fomentar el arbitraje y la mediación en materia de consumo e impulsar la formación en este ámbito. Así se establece en el acuerdo de colaboración suscrito entre los titulares de los citados departamentos, Diego Valderas y Rafael Rodríguez, respectivamente.
El objetivo de esta colaboración es aumentar el número y mejorar y reforzar las inspecciones comerciales, para lo cual ambas consejerías actuarán de forma conjunta y coordinada, unificando los protocolos que deben seguirse en las inspecciones. Se trata, como ha dicho Valderas de la cooperación del conjunto del Gobierno andaluz, conscientes de que hay que hacer más por menos.
Es importante resaltar esta colaboración que persigue una mayor eficiencia de los recursos de la administración andaluza en las competencias de consumo y comercio, así como la defensa del mediano y pequeño comercio.
Con otra forma de gobernar se quiere poner la formación, la información y el diálogo por encima de la sanción, y mejorar la defensa de las personas consumidoras y usuarias, siendo éste uno de los grandes retos de la Junta en esta materia, con la pretensión de impulsar un servicio en el que prime el asesoramiento y la información frente a la sanción.
El vicepresidente de la Junta y titular de Administración Local y Relaciones Institucionales expresa su apoyo a los que sufren los efectos de la liberalización comercial para que cada vez haya comercios más comprometidos y éticos, rechazando los abusos que cometen determinados sectores como la telefonía y la banca entre otros, y ha terminado anunciando una ley andaluza  que proteja los derechos de las personas consumidoras y usuarias en la contratación de créditos hipotecarios.
Por su parte, Rafael Rodríguez resalta la relevancia de este nuevo marco de colaboración porque persigue garantizar el principio de eficacia administrativa, de forma que se evite repetir las actuaciones de inspección en un mismo establecimiento y se optimicen de la mejor manera posible los recursos técnicos y humanos disponibles.
La labor inspectora de la Administración no debe ceñirse solo a fiscalizar y controlar la actividad, sino que ha de ser tomada como un servicio orientado al desarrollo del comercio y a ofrecer un servicio con la mayor calidad posible para el consumidor, puesto que prioriza las tareas de información y asesoramiento por encima de las sanciones y el apercibimiento por delante de la multa económica. La inspección debe estar al lado del comerciante y del consumidor, siendo un aliado y no un enemigo, y en el que la interlocución con los agentes socioeconómicos implicados y las organizaciones que les representan resulta fundamental.

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