PÁSALO:
El Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de Izquierda Unida insiste en la necesidad de romper toda relación de privilegio, también económico, entre el Estado y la Iglesia Católica como forma de contrarrestar las dramáticas conse-cuencias de los recortes sociales.
Sólo el pasado año 2012, la Iglesia Católica recibió en nuestro país más de 6.000 millones de euros de las administraciones públicas, de los cuales la mitad fueron a parar a los 2.400 colegios católicos que aún en la actualidad existen en España, y más de dos mil millones se repartieron entre las diferentes instituciones sanitarias y de benefi-cencia de la jerarquía eclesiástica.
Desde ALEAS-IU se denuncia que desde instancias gubernamentales se dé cobertura económica a la Iglesia Católica, organismo nada parco y bastante insistente a la hora de exponer y desarrollar sus valores desigualitarios, machistas y LGTBIfobos. Ya el pasado año, desde éste mismo área de IU denunciamos como inadmisibles las declaraciones homófobas del Obispo de Alcalá al declarar que las personas homosexuales son “personas corrompidas”, así como las que en enero de 2012 hiciera el máximo representante de la Iglesia Católica al manifestar que las políticas del matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo suponen “una amenaza para la dignidad humana y el porvenir mismo de la humanidad”.
Este tipo de declaraciones, lejos de ser esporádicas e insus-tanciales al sentido general de la Iglesia, suponen su más profunda expresión. El recientemente elegido Papa Francisco I, que como cabeza máxima de la jerarquía eclesiástica se erigirá como guía moral de todo el catolicismo, no dudó en expresar en 2007 su rechazo a la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia de la República Argentina defendiendo que “las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos”, en tanto que "el orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso". Más próximo en el tiempo, cuando en 2010 el Parlamento argentino debatía el proyecto de ley de matrimonio igualitario, expresó que este futuro derecho no era más que “la pretensión destructiva del plan de Dios”. En su misiva, el entonces arzobispo de Buenos Aires hacía un llamamiento al Espíritu Santo para que pusiera “la luz de la verdad en medio de las tinieblas del error”. Para Francisco I, el matrimonio entre personas del mis-mo sexo ponía en juego “la identidad y al supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos”, y añadía: “está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazo-nes”. Por desgracia, las manifesta-ciones del Papa Francisco I parecen estar muy cercanas a los valores pre-ponderantes en los espacios dirigidos o vinculados a la Iglesia Católica.
La experiencia nos dicta que en los centros educativos y sanitarios dirigidos por valores católicos se hace imposible la cohabitación de realidades sexuales y afectivas diversas, toda vez que las realidades que no responden a los valores patriarcales impuestos por la ideología católica son rápidamente reprimidas, ridiculizadas y silenciadas. Cabe resaltar, por otra parte, que la cantidad total fijada para los recortes en servicios públicos educativos y sani-tarios, cuyas consecuencias estamos sufriendo todas y todos y que el Gobierno del PP se obstina en presentar como imprescindibles, coinciden plena-mente con el presupuesto estatal derivado a las institu-ciones dirigidas por la Iglesia católica.
Desde ALEAS-IU, una vez más, defendemos como incompa-tible la financiación a este tipo de organismos retrógrados y ultraconservadores -representantes del más acérrimo machis-mo y exponente de la más agresiva LGTBIfobia- con la a-puesta sincera por la democratización de la sociedad, así co-mo la aceptación de todas las sensibilidades en cuanto a la manera de vivir, sentir y experimentar la sexualidad.
El Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de IU no se cansará de exigir la consecución de un Estado verdadera-mente democrático y laico, tolerante y plural, para lo cual se hace imprescindible la derogación inmediata del Concordato de 1953 así como de los Acuerdos de 1979 que España mantiene con el Vaticano.
Además, tal y como viene reivindicando el área LGTBI de IU, todo Estado que quiera desarrollar una política verdadera-mente laica debe materializar su compromiso con las reali-dades afectivo-sexuales no hegemónicas, fomentando la visi-bilización de estas realidades en el espacio público, más aún cuando éstos espacios dependan directamente de instancias gubernamentales, sin favorecer ni privilegiar ningún posicionamiento concreto sobre otros en base a su ideología religiosa o moral.
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